El partido terminó cero a cero y los boquenses de nuestro lado se marcharon cabizbajos. No estábamos en la bombonera. Simplemente en una casa igual a otras tantas de clase media bogotanas. Y los de nuestro lado no eran argentinos sino colombianos comunes y silvestres como nosotros. ¿Entonces por qué diablos gritaban a favor de Boca? Tal vez porque hacen parte del grupo de apátridas que disfrutan y son felices cuando a Colombia le va mal. Iguales a quienes en el Campeonato Mundial de Patinaje de Cali deseaban que otro país fuera campeón. Los mismos que no pueden ver triunfos de un equipo que no sea el suyo, ni de una disciplina o deporte diferente a la de su gusto. “¿Qué ha hecho Santiago Botero?”, me preguntaba uno de ellos. “La ignorancia es atrevida”, pensé. Y lo peor es que a gran parte de ellos les encantaría volverse adeptos de la Iglesia Maradoniana, la cual escribo con mayúscula solo por creer que es nombre propio. ¡No señores! A mí no me estresa ni me incomoda que a Millonarios le vaya bien en la Sudamericana. El ser hincha de América no me significa un impedimento. Si les va bien, hasta los felicito. Pero jamás me trasnocharía porque no ganó Boca, ni me uno a quienes sostienen que el club argentino le regaló esa copa al Once, porque le dio lástima. ¡Ay, señores! Celebren lo suyo. No se trasnochen por cuestiones de otros que, al fin y al cabo, no creo que el señor Macri se preocupe porque un colombiano apátrida apoyó al Cúcuta o al Once en lugar de a su sagrado Boca Juniors.
miércoles, 31 de octubre de 2007
¡Malditos apátridas!
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1 comentario:
Más que entrar a discutir sobre nacionalismos -pues ahí sí estaríamos pisando terrenos fangosos- a mí lo que realmente me molesta es que estos imbéciles le canten a sus equipuchos con el acentico argentino. Hay que ver a los del Nacional, el América o Millitos entonando los cantos de los gauchos. Dan lástima. Mucha lástima. Y no digo más.
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