miércoles, 12 de marzo de 2008

¿Y Ecuador qué?

A Ecuador se dirige el 4,3% de nuestras exportaciones. Y tal vez los 1.276 millones de dólares que representan no signifiquen mucho para algunos, pero es nuestro tercer destino de exportación, después de Venezuela y Estados Unidos. De ese país también proviene el 9% de nuestros turistas. Que, por cierto, si se suman con los venezolanos, la cifra superaría al número de turistas estadounidense que visita Colombia. Pero, además, Ecuador es el país con la balanza comercial más positiva en relación con el porcentaje de lo importado, con respecto a lo exportado. Pues lo que traemos del país del sur apenas alcanza los 564 millones de dólares.

Sin embargo, parece que el tema de Ecuador, a nadie le ocupa. Por lo menos, en la capital el ambiente no se siente así. Las relaciones con Venezuela se enfriaron y los comerciantes, Analdex y Fedesarrollo, anunciaron que echaban atrás su “plan de contingencia” para la crisis comercial. Desde Miami, Juanes anuncia un concierto con una decena de artistas para mostrar que colombianos y venezolanos somos la pasta de la paz y la hermandad. Y desde Bogotá y Caracas se celebra el retorno de los diplomáticos de ambos países a estas mismas ciudades.

¿Y Ecuador qué? Ha anunciado que las relaciones se restaurarían de a poco. De hecho, no ha mostrado intenciones de querer hacerlo. Además, a diferencia de Venezuela, para Ecuador es más fácil dejar de importar de Colombia. Bien podría liquidar la mayoría de los productos que nos compra y quedarse con la energía. Por si fuera poco, bien podría dejarnos sin arroz y sin mariscos. Dos alimentos en los cuales estamos escasos. Pero la prensa, la diplomacia, las entidades y los comerciantes no hablan de Ecuador.

Les preocupa la frontera en Cúcuta, pero no en Ipiales. Eso hasta quedó demostrado con la ínfima importancia que recibió el paro de transportadores colombianos y ecuatorianos en Rumichaca. Y hoy, un día después de que ese mismo puente internacional, recibió una manifestación de los dos países solicitando restaurar las relaciones diplomáticas y comerciales, ningún medio de audiencia nacional le dio una reseña. Nada aparte de los 3.600 caracteres publicados en el Diario del Sur. No existe muestra más clara de que el sur sigue siendo una región olvidad, sin importar los US$ 669.167 de exportaciones que anualmente se registran en la aduana Ipialeña.

jueves, 6 de marzo de 2008

¿Qué sabemos de la guerra?

En días pasados me puse a pensar en lo poco que conocemos de la historia de nuestro país los integrantes de las llamadas nuevas generaciones. Apuesto a que muchos de los menores de 30 años jamás hemos pensado en cuál es la historia del ELN, las Farc, el EPL y hasta el M-19. Tal vez nos remontaremos a una anterior clase de las entonces “Ciencias Sociales”, que recordaremos como si se tratara de un sueño, para balbucear alguna que otra reseña para respondernos la pregunta.

La mayoría de nosotros podrá sostener y encontrar argumentos para decir que esos movimientos no tienen razón de ser, que los mueve el ansia de poder, el dinero del narcotráfico y etcétera, etcétera. Y es increíble que sigamos viviendo de manera tan ausente una guerra que nos ha acompañado desde que nacimos. Toda nuestra vida, señores, la hemos vivido en medio de un conflicto. Nuestra generación no conoce qué es vivir en paz. No conoce la tolerancia y, en algunos casos, no conoce la libertad.

Cuando yo era niño, recuerdo, creía que todos los países tenían guerrilla. Que era una condición natural de cada país, tal como tener un gobernante. “No seas bruto – me dijo un primo – eso sólo pasa acá”.

Entonces pienso que ese olvido no es sólo culpa nuestra. Aunque los noticieros nos recuerdan, día a día, el conflicto. ¿En cuántas telenovelas vemos una alusión a él? ¿En cuántos partidos de fútbol de cada domingo vemos un minuto de silencio por las víctimas que mueren cada día? ¿A cuántas fiestas dejamos de asistir porque nos duele un país en guerra? ¿A diario, en todo lo que hablamos, cada lugar que visitamos, en todo lo que vemos, recordamos o pensamos, cuántas veces hablamos del conflicto, de su origen, de sus causas?

Es posible que hayamos considerado algunas causas, pero hablamos de ellas, “arreglamos el país” un rato y volvemos a lo mismo, al olvido. ¿Cuánto nos costará despertar? Tal vez nuestra guerra tenga una razón de ser. Tal vez haya algo más que narcotráfico, algún vacío que antes no fue solucionado y se fue degradando hasta ser lo que es hoy. Pero nuestra generación desconoce las fallas de sistemas políticos anteriores, la exclusión, la pobreza, la injusticia.

No soy partidario de ningún movimiento guerrillero. Pero sí creo necesario que nuestra generación despierte y se pregunte por los orígenes de esta guerra. Porque muy pronto nosotros estaremos al frente de ella. A los grupos alzados en armas les sucederá lo mismo. ¿Y entonces qué vendrá? Una guerra de matar por matar, por costumbre, porque los anteriores líderes ya pasaron a mejor vida y nos dejaron el conflicto de herencia. No sabremos por qué peleamos. Simplemente pelearemos en una guerra eterna. No señores, es hora despertar.

Prueba

Estoy realizando algunas pruebas para volver... Published with Blogger-droid v1.3.4