A Ecuador se dirige el 4,3% de nuestras exportaciones. Y tal vez los 1.276 millones de dólares que representan no signifiquen mucho para algunos, pero es nuestro tercer destino de exportación, después de Venezuela y Estados Unidos. De ese país también proviene el 9% de nuestros turistas. Que, por cierto, si se suman con los venezolanos, la cifra superaría al número de turistas estadounidense que visita Colombia. Pero, además, Ecuador es el país con la balanza comercial más positiva en relación con el porcentaje de lo importado, con respecto a lo exportado. Pues lo que traemos del país del sur apenas alcanza los 564 millones de dólares.
Sin embargo, parece que el tema de Ecuador, a nadie le ocupa. Por lo menos, en la capital el ambiente no se siente así. Las relaciones con Venezuela se enfriaron y los comerciantes, Analdex y Fedesarrollo, anunciaron que echaban atrás su “plan de contingencia” para la crisis comercial. Desde Miami, Juanes anuncia un concierto con una decena de artistas para mostrar que colombianos y venezolanos somos la pasta de la paz y la hermandad. Y desde Bogotá y Caracas se celebra el retorno de los diplomáticos de ambos países a estas mismas ciudades.
¿Y Ecuador qué? Ha anunciado que las relaciones se restaurarían de a poco. De hecho, no ha mostrado intenciones de querer hacerlo. Además, a diferencia de Venezuela, para Ecuador es más fácil dejar de importar de Colombia. Bien podría liquidar la mayoría de los productos que nos compra y quedarse con la energía. Por si fuera poco, bien podría dejarnos sin arroz y sin mariscos. Dos alimentos en los cuales estamos escasos. Pero la prensa, la diplomacia, las entidades y los comerciantes no hablan de Ecuador.