lunes, 21 de enero de 2008

Los platos rotos

La tapa fue una nota televisiva de Cablenoticias en la que rememoraban la tragedia de Armero en 1985, cuando un alud de tierra se deslizó desde el Volcán Nevado del Ruiz y cubrió esa población. Claro, es de entender que los pobrecitos periodistas de ese medio no podían dejar perder la oportunidad de ganar audiencia con una crónica amarillista y partiendo del falso supuesto de que lo mismo podría ocasionar el volcán Galeras. Entonces no encontraron más remedio que recordarnos a los 23.000 colombianos que murieron sepultados por la avalancha, las imágenes de Omaira Sánchez y los restos de una población que se hundió en el lodo. ¿Y todo esto para qué?

Pero las noticias alarmantes comenzaron poco después de la erupción del volcán, cuando los noticieros de los canales privados aprovecharon la hora del prime time para emitir boletines informativos cada 10 minutos. Fue un cabeza a cabeza por el rating. Nos sorprendieron de verdad: ¡No emitieron comerciales! ¡Transmitieron informes sobre el Volcán Galeras! Pero lo peor de todo es que no tenían nada que informar. Todo terminaba en frases repetitivas y de relleno: “recordemos que en 1993…” “a lo largo de este año…” “esta tarde fuimos los primeros en informar que…” “¿Qué pasa en Pasto?” “La gente está en las calles y sintió temor…”
Sin embargo, todo esto nos sirvió para enterarnos de que en Pasto no existen equipos ni turnos para transmisión en directo por los canales privados. Aunque, por ahora, dejemos ese tema como harina de otro costal.

Lo que sucedió es que alarmaron al país por completo. Ese día recibí llamadas que querían preguntarme si sabía cómo estaba mi familia, si todos estaban bien y durante un par de días más todos me preguntaron lo mismo. Tres de esas llamadas las recibí antes de poder comunicarme con mis familiares, con lo cual deduje que más alarmados estaban los que nunca han convivido con el volcán, lo cual es normal. No porque sepan manejar el miedo, sino porque desconocen la exageración mediática.

En vacaciones alguien me dijo que alguna estadística (la cual tengo que averiguar) decía que hay más nariñenses que paisas regados en el país. Si eso es cierto, sería explicable que las líneas de telefonía fija y celular colapsaran desde las 8:15 de la noche. A esa hora no era posible llamar a Nariño, porque, por supuesto, medio país estaba llamando alarmado.

“Tenemos información de que unas 450.000 personas están en riesgo y deberán ser reubicadas de inmediato”, dijo D'arcy Queen. (Afortunadamente el Alcalde de Pasto la corrigió). No quiero imaginarme como sería un plan para evacuar esa cantidad de gente. Las zonas de riesgo en realidad agrupan unas 8.000 personas; el volcán hizo erupción pero no produjo un gran movimiento sísmico, de hecho, alguna vez alguien me explicó que los volcanes no producen terremotos sino emisiones de gases, lava y piro clastos; la población de Pasto sí se asustó con el estruendo de la explosión, pero más susto se llevó la teleaudiencia de los noticieros colombianos; el volcán nevado del Ruiz desencadenó una avalancha porque la nieve de su cima se derritió…

Cuando logré comunicarme con mi familia, todos estaban tranquilos. “Díganle a todos que estamos tranquilos, no ha pasado nada. Ya todos están por llegar a la casa. Fue el ruido de la explosión y ya. Luego todos subimos a la terraza y vimos el volcán que explotó otra vez. Se veía una llamarada roja y después una fumarola enorme. Fue un espectáculo bien bonito”.

¿Y entonces todo esto para qué? Desde hace mucho he venido pensando que ya a los medios les importa un bledo servir a la sociedad. Hoy se informa para cautivar, para aumentar audiencia, lo que a su vez significa incrementar los ingresos publicitarios. Quitarle audiencia a otro canal y en horario prime ocasiona que este otra disminuya sus ingresos y su cantidad de público, por lo tanto, su interés para que la publicidad llegue a ese canal, también disminuye. Así se entra en una guerra del todo se vale. Y lo mejor para eso es una tragedia. ¡Lástima, para ellos, que no se les dio!

En cambio Pasto pagará los platos rotos, pues sobre ésta ciudad vendrá un periodo de unos 3 ó 4 meses de recesión económica, debido al miedo infundido tanto en foráneos como en habitantes. Los sitios turísticos enfrentarán una significativa disminución de público. El porcentaje de aprobación de créditos se va a disminuir. Las inversiones tardarán en llegar o no querrán volver. Y con eso el empleo también se irá. ¡Ay, colegas, si fuésemos más responsables…!

Prueba

Estoy realizando algunas pruebas para volver... Published with Blogger-droid v1.3.4